jueves, 24 de diciembre de 2009

FELIZ NAVIDAD Y PRÓSPERO AÑO NUEVO

Con el deseo de afianzar nuestro corral en este año 2010.
Abrazos escalofriantes.

lunes, 16 de noviembre de 2009

ESA II SCHUBERTIADA EN LAS MARISMAS...


Para empezar, agradecer a los anfitriones de la última schubertiada (Rosa y Laure) que nos acogieron de la mejor forma en un escenario idílico. También agradecer todas las aportaciones post-shubertiada: éste es el espíritu que debe predominar en el corral.

Con este post se abre el período de propuestas de temas para la próxima schubertiada, como siempre todas las propuestas serán tenidas en cuenta y sometidas a votación.

Otro asunto importante, en la Junta Directiva hay una vacante. Todas las personas que tengan interés y tiempo se pueden presentar como candidatos (ya María ha mostrado su disposición a cubrir dicha vacante).

Un saludo.

lunes, 26 de octubre de 2009

SEGUNDA SCHUBERTIADA: Victoria Kent


Estimado Corral, como ya sabéis, la fecha elegida para la celebración de la II schubertiada es el sábado 7 de noviembre (desde la mañana hasta la tarde). Gracias a la hospitalidad de nuestra apreciada bailona Rosa, se ha propuesto la zona de Argónida como bello enclave natural de reunión.
La segunda schubertiada gira en torno a la vida y obra de Victoria Kent, y desde aquí citamos un documental y una biografía como material recomendado.
El documental lo podéis encontrar siguiendo este enlace:
La biografía está escrita por Miguel Ángel Villena y aquí tenéis la ficha del libro http://www.casadellibro.com/libro-victoria-kent/1109012/2900001142858.
Un gran saludo añil.

miércoles, 15 de julio de 2009

RESUMEN DE LA I SCHUBERTIADA: IGNACIO SÁNCHEZ MEJÍAS. Crónica de Ángela Fernández


Ventanas al corral

A veces, tomamos decisiones y vivimos experiencias que pueden salir bien, mal o regular, pero que, si salen bien, las disfrutamos, construimos con ellas las nostalgias del futuro (como diría Benedetti) y marcan una etapa de nuestra vida. Esto es lo que ocurrió el otro día.
Domingo 12 de julio de 2009, 19:55 de la tarde, Dani (Morales) y servidora, en nuestra intención de ser puntuales nos dirigimos hacia el Hostal Sierpes. Habíamos quedado a las 20:00. Caminaba con el peso de las expectativas, que no cayeron; con ilusión, que parecía dilatada por la calor, fiel enemigo en las tardes de verano en Sevilla, una calor exagerá como la propia ciudad. Se celebraba la primera tertulia corralera, nuestra primera schubertiada.
Llegamos los primeros. Poco después apareció Dani (para mí Dani “poeta”). En seguida llegó Curro. Pedimos las primeras bebidas-refrigerios. Dimos la bienvenida a María y al momento recibimos a Paco y Gerardo, el tercer Sernández no pudo cambiar el billete de AVE. Laure dijo que Rosa y él llegarían tarde.
Rafael (Viana) estuvo presente. Un texto escrito por él, que ya se podía leer en el blog, nos pareció a todos la introducción perfecta para la tertulia. Texto claro, directo, bien hecho, que resaltaba en muchos aspectos, lo que, creo que para los presentes, significaba Ignacio Sánchez Mejías. Seguidamente Dani (poeta) leyó su visión hecha párrafos (“yo escribo en párrafos”, dijo), se hizo una pausa para evitar las comparaciones, no hacía falta. Comenzamos.
¿Qué nos pareció el documental? Todos lo habíamos visto. La biografía, la mayoría, nos la habíamos leído a trozos. Nos atrevimos a definir a Ignacio Sánchez Mejías como persona. Lanzamos opiniones sobre Ignacio Sánchez Mejías como torero. ¿Fue buen escritor? Posiblemente habría llegado a ser el mejor dramaturgo andaluz del siglo XX. El torero y sus amores, el intelectual y el sevillano, el bromista y sus amigos del 27, su atractivo, su carácter, sus ambiciones (Llegan Laure y Rosa). Más preguntas: ¿Fue un hombre feliz? ¿Por qué volvió a los toros? ¿Su muerte en la plaza le hizo grande, o su muerte en la plaza le impidió ser más grande? Vivió movido por la Pasión en mayúsculas, capaz de enfrentarse a todo y a todos por avanzar, (Llega Manu). ¿Cuidó de sus hijos? ¿Se encargó de que no fueran lo que él fue, de que fueran lo que él no fue? Un héroe en los ruedos, ¿quién sería hoy un héroe? Desvariamos. Se echó en falta un guión para tratar los diferentes temas relacionados con Sánchez Mejías. Supo qué personas fueron sus referentes, seguramente fue un buen hombre, sus amistades así lo han contado…
La tertulia se hizo verdad. Descubrimos a un personaje tan inmenso en su historia como injustamente desconocido y olvidado. Durante toda su vida Ignacio Sánchez Mejías abrió ventanas, nosotros ese día también lo hicimos.

miércoles, 8 de julio de 2009

I SCHUBERTIADA: IGNACIO SÁNCHEZ MEJÍAS. Artículo de Rafael Viana


[ Ignacio Sánchez Mejías y la Modernidad ]

Podemos decir simplemente que Ignacio Sánchez Mejías fue el primer moderno. Pero, qué entendemos por moderno? A qué nos referimos cuándo hablamos de modernidad? Un primer apunte (ya que no soy nada bueno contestando preguntas) sería el siguiente. Un tipo, inglés, destaca desde la infancia en todo tipo de materias. Su desordenada genialidad no le impide sino más bien le conduce de cabeza a algún prestigioso college en Oxford donde se especializa en lenguas balcánicas. Después de años de estudio, y con ganas de probar otro tipo de actividad, contesta a un anuncio de Barclays Bank pidiendo personal. Es seleccionado, y en pocos años alcanza el puesto de Head of Credit Collection para toda Asia (os puedo asegurar que el sueldo es absurdamente alto).

Sería esto posible en España? La respuesta es No. La diferencia estriba en que Gran Bretaña es un país moderno y España perdió la oportunidad allá por los años 30. España se mueve dentro de un esquema puramente gremial, quasi-familiar, heredado de la Edad Media. Un lugar donde el miedo al fracaso (otro pecado nacional) lleva a un absurdo ansia por la compartimentación. Herencia del franquismo, las trayectorias vitales y profesionales no han de subvertir el lógico orden que más allá de nuestras voluntades determina cierta ley natural que emana de dios-sabe-dónde (me salía emaná dios sabe donde juega el año que viene). Como si hubiéramos olvidado lo que ocurrió durante los años que siguieron al Desastre del 98 y concluyeron en la Guerra Civil, hemos aceptado con inopinada alegría la mediocre estructura de oficios y horizontes vitales inamovibles que se nos quiere vender como tierra de las oportunidades.

Fue durante los años 10 / 20 / 30 del siglo XX, en la llamada Edad de Plata, cuando una élite reclamó por encima de todo el valor supremo del individuo y su voluntad como motores del cambio social y la excelencia cultural. Ignacio Sánchez Mejías será uno de ellos. No conocerá límites a su iniciativa, allá donde tenga a bien producirse. Representará mejor que nadie (como ya hiciera Belmonte) el ideal del torero moderno: reflexivo con su oficio, reflejo de los cambios sociales y refractario a la estrechez de los mundos cerrados y las parroquias aisladas.

Escritor, mecenas, actor, deportista, hombre de acción, promotor cultural y deportivo... Comprendió como pocos el papel primordial que el deporte jugaría en las sociedades modernas, así como la inevitable relación entre la poesía y las manifestaciones externas y mundanas de los hombres. Promovió un grupo poético caracterizado por el eclecticismo estético, que basculaba de lo intelectual a lo sentimental pasando por el surrealismo. Generó, en definitiva, un nuevo tipo humano desconocido hasta entonces en España: el hombre moderno: urbano, con interés por las bellas artes, el deporte, la buena vida y (algo fundamental) las buenas formas.

Vivimos en un tiempo en el que la vida cultural parece balancearse entre los cócteles de la gauche-caviar (que dicen los franceses) y la perriflaútica manifestación de mediocridad a la que nos condenan nuestros jóvenes artistas. En este escenario, un experto en lenguas balcánicas habría de tener perro, piojo y camiseta del Che, mientras que un alto ejecutivo bancario tendría que llevar a su mujer a cualquier galería de arte a comprar un adefesio llamado Concarrobe (no se me ocurría otro nombre). Ignacio Sánchez Mejías fue la esperanza (ya perdida) en una tercera vía. Poesía y fútbol y amistad y arte y literatura y deporte y noches sin dormir y días sin dejar de leer. La aspiración de todo andaluz de bien.

martes, 7 de julio de 2009

LLANTO POR IGNACIO SÁNCHEZ MEJÍAS. Federico García Lorca

Pinturas de Francis Bacon inspiradas en el poema


I. – LA COGIDA Y LA MUERTE

A las cinco de la tarde.
Eran las cinco en punto de la tarde.
Un niño trajo la blanca sábana.
A las cinco de la tarde.
Una espuerta de cal ya prevenida.
A las cinco de la tarde.
Lo demás era muerte y sólo muerte.
A las cinco de la tarde.
El viento se llevó los algodones.
A las cinco de la tarde.
Y el óxido sembró cristal y níquel.
A las cinco de la tarde.
Ya luchan la paloma y el leopardo.
A las cinco de la tarde.
Y un muslo con un asta desolada.
A las cinco de la tarde.
Comenzaron los sones del bordón.
A las cinco de la tarde.
Las campanas de arsénico y el humo.
A las cinco de la tarde.
En las esquinas grupos de silencio.
A las cinco de la tarde.
¡Y el toro solo corazón arriba!
A las cinco de la tarde.
Cuando el sudor de nieve fue llegando.
A las cinco de la tarde.
Cuando la plaza se cubrió de yodo.
A las cinco de la tarde.
La muerte puso huevos en la herida.
A las cinco de la tarde.
A las cinco de la tarde.
A las cinco en punto de la tarde.
Un ataúd con ruedas es la cama.
A las cinco de la tarde.
Huesos y flautas suenan en su oído.
A las cinco de la tarde.
El toro ya mugía por su frente.
A las cinco de la tarde.
El cuarto se irisaba de agonía.
A las cinco de la tarde.
A lo lejos ya viene la gangrena.
A las cinco de la tarde.
Trompa de lirio por las verdes ingles.
A las cinco de la tarde.
Las heridas quemaban como soles.
A las cinco de la tarde.
Y el gentío rompía las ventanas.
A las cinco de la tarde.
A las cinco de la tarde.
¡Ay qué terribles cinco de la tarde!
¡Eran las cinco en todos los relojes!
¡Eran las cinco en sombra de la tarde!

II. - LA SANGRE DERRAMADA

¡Que no quiero verla!
Dile a la luna que venga,
Que no quiero ver la sangre
De Ignacio sobre la arena.
¡Que no quiero verla!
La luna de par en par.
Caballo de nubes quietas,
y la plaza gris del sueño
Con sauces en las barreras.
¡Que no quiero verla!
Que mi recuerdo se quema.
¡Avisad a los jazmines
Con su blancura pequeña!
¡Que no quiero verla!
La vaca del viejo mundo
Pasaba su triste lengua
Sobre un hocico de sangres
Derramadas en la arena,
y los toros de Guisando,
Casi muerte y casi piedra,
Mugieron como dos siglos
Hartos de pisar la tierra.
No.
¡Que no quiero verla!
Por las grades sube Ignacio
Con toda su muerte a cuestas.
Buscaba el amanecer
y el amanecer no era.
Busca su perfil seguro,
y el sueño lo desorienta.
Buscaba su hermoso cuerpo
y encontró su sangre abierta.
¡No me digáis que la vea!
No quiero sentir el chorro
Cada vez con menos fuerza;
Ese chorro que ilumina
Los tendidos y se vuelca
Sobre la pana y el cuero
De muchedumbre sedienta.
¡Quién me grita que me asome!
¡No me digáis que la vea!
No se cerraron sus ojos
Cuando vio los cuernos cerca,
Pero las madres terribles
Levantaron la cabeza.
Y a través de las ganaderías,
Hubo un aire de voces secretas
Que gritaban a toros celestes,
MayoraIes de pálida niebla.
No hubo príncipe en Sevilla
Que comparársele pueda,
No espada como su espada
Ni corazón tan de veras.
Como un río de leones
Su maravillosa fuerza,
Y como un torso de mármol
Su dibujada prudencia.
Aire de Roma andaluza
Le doraba la cabeza
Donde su risa era un nardo
De sal y de inteligencia.
¡Qué gran torero en la plaza!
¡Qué gran serrano en la sierra!
¡Qué blando con las espigas!
¡Qué duro con las espuelas!
¡Qué tierno con el rocío!
¡Qué deslumbrante en la feria!
¡Qué tremendo con las últimas
Banderillas de tiniebla!
Pero ya duerme sin fin.
Ya los musgos y la hierba
Abren con dedos seguros
La flor de su calavera.
Y su sangre ya viene cantando:
Cantando por marismas y praderas,
Resbalando por cuernos ateridos
Vacilando sin alma por la niebla,
Tropezando con miles de pezuñas
Como una larga, oscura, triste lengua.
Para formar un charco de agonía
Junto al Guadalquivir de las estrellas.
¡Oh blanco muro de España!
¡Oh negro toro de pena!
¡Oh sangre dura de Ignacio!
iOh ruiseñor de sus venas!
No.
¡Que no quiero verla!
Que no hay cáliz que la contenga.
Que no hay golondrinas que se la beban,
No hay escarcha de luz que la enfríe,
No hay canto ni diluvio de azucenas,
No hay cristal que la cubra de plata.
No.
¡Yo no quiero verla!

III. - CUERPO PRESENTE

La piedra es una fuente donde los sueños gimen
Sin tener agua curva ni cipreses helados.
La piedra es una espalda para llevar al tiempo
Con árboles de lágrimas y cintas planetas.
Yo he visto lluvias grises correr hacia las olas
Levantando sus tiernos brazos acribillados,
Para no ser cazadas por la piedra tendida
Que desata sus miembros sin empapar la sangre.
Porque la piedra coge simientes y nublados,
Esqueletos de alondras y lobos de penumbra:
Pero no da sonido, ni cristales, ni fuego,
Sino plazas y plazas y otras plazas sin muros.
Ya está sobre la piedra Ignacio el bien nacido.
Ya se acabó; ¿qué pasa? Contemplad su figura:
La muerte le ha cubierto de pálidos azufres
Y le ha puesto cabeza de oscuro minotauro.
Ya se acabó. La lluvia penetra por su boca.
El aire como loco deja su pecho hundido,
Y el Amor, empapado con lágrimas de nieve,
Se calienta en la cumbre de las ganaderías.
¿Qué dicen? Un silencio con hedores reposa.
Estamos con un cuerpo presente que se esfuma,
Con una forma clara que tuvo ruiseñores
Y la vemos llenarse de agujeros sin fondo.
¿Quién arruga el sudario? ¡No es verdad lo que dice!
Aquí no canta nadie, ni llora en el rincón,
Ni pica las espuelas, ni espanta la serpiente:
Aquí no quiero más que los ojos redondos
Para ver ese cuerpo sin posible descanso.
Yo quiero ver aquí los hombres de voz dura.
Los que doman caballos y dominan los ríos:
Los hombres que les suena el esqueleto y cantan
Con una boca llena de sol y pedernales.
Aquí quiero yo verlos. Delante de la piedra.
Delante de este cuerpo con las riendas quebradas.
Yo quiero que me enseñen dónde está la salida
Para este capitán atado por la muerte.
Yo quiero que me enseñen un llanto como un río
que tenga dulces nieblas y profundas orillas,
Para llevar el cuerpo de Ignacio y que se pierda
Sin escuchar el doble resuello de los toros.
Que se pierda en la plaza redonda de la luna
Que finge cuando niña doliente res inmóvil;
Que se pierda en la noche sin canto de los peces
y en la maleza blanca del humo congelado.
No quiero que le tapen la cara con pañuelos
Para que se acostumbre con la muerte que lleva.
Vete, Ignacio: No sientas el caliente bramido.
Duerme, vuela, reposa: ¡También se muere el mar!

IV. - ALMA AUSENTE

No te conoce el toro ni la higuera.
Ni caballos ni hormigas de tu casa.
No te conoce el niño ni la tarde
Porque te has muerto para siempre.
No te conoce el lomo de la piedra,
Ni el raso negro donde te destrozas.
No te conoce tu recuerdo mudo
Porque te has muerto para siempre.
El otoño vendrá con caracolas.
Uva de niebla y montes agrupados.
Pero nadie querrá mirar tus ojos
Porque te has muerto para siempre.
Porque te has muerto para siempre,
Como todos los muertos de la Tierra.
Como todos los muertos que se olvidan
En un montón de perros apagados.
No te conoce nadie. No. Pero yo te canto.
Yo canto para luego tu perfil y tu gracia.
La madurez insigne de tu conocimiento.
Tu apetencia de muerte y el gusto de su boca.
La tristeza que tuvo tu valiente alegría.
Tardará mucho tiempo en nacer, si es que nace,
Un andaluz tan claro, tan rico de aventura.
Yo canto su elegancia con palabras que gimen
y recuerdo una brisa triste por los olivos.



Poema de Miguel Hernández (elegía a Ignacio Sánchez Mejías)


CITACIÓN – fatal.

SE CITARON los dos para en la plaza
tal día, y a tal hora, y en tal suerte:
una vida de muerte
y una muerte de raza.

Dentro del ruedo, un sol que daba pena,
se hacía más redondo y amarillo
en la inquietud inmóvil de la arena
con Dios alrededor, perfecto anillo.

Fuera, arriba, en el palco y en la grada,
deseos con mantillas.

Salió la muerte astada,
palco de banderillas.

(Había hecho antes,
a lo sutil, lo primoroso y fino,
el clarín sus galleos más brillantes,
verdadera y fatalmente divino.)

Vino la muerte del chiqueo: vino
de la valla, de Dios, hasta su encuentro
la vida entre la luz, su indumentaria;
y las dos se pararon en el centro,
ante la una mortal, la otra estatuaria.

Comenzó el juego, expuesto
por una y otra parte...
La vida se libraba, ¡con qué gesto!,
de morir, ¡con qué arte!

Pero una vez ––había de ser una––,
es copada la vida por la muerte,
y se desafortuna
la burla, y en tragedia se convierte

***

Morir es una suerte
como vivir: ¡de qué!, ¡de qué manera!
supiste ejecutarla y el berrendo.

Tu muerte fue vivida a la torera,
lo mismo que tu vida fue muriendo.

No: a ti no te distrajo,
el tendido vicioso e iracundo,
el difícil trabajo
de ir a Dios por la muerte y por el mundo.

Tu atención sólo han sido toro y ruedo,
tu vocación el cuerno fulminante.

Con el valor sublime de tu miedo,
el valor más gigante,
la esperabas de mármol elegante.

Te dedicaste al hueso más avieso,
que te ha dejado a ti en el puro hueso,
y eres el colmo ya de la finura.

Mas ¿qué importa? que acabes... ¿No acabamos?
todos, aquí, criatura,
allí en el sitio donde Todo empieza.

Total, total, ¡total!: di: ¿no tocamos?
a muerte, a infierno, a gloria por cabeza.

Quisiera yo, Mejías,
a quien el hueso y cuerno
ha hecho estatua, callado, paz, eterno,
esperar y mirar, cual tú solías,
a la muerte: ¡de cara!,
con un valor que era un temor interno
de que no te matara.

Quisiera el desgobierno
de la carne, vidriera delicada,
la manifestación del hueso fuerte.

Estoy queriendo, y temo la cornada
de tu momento, muerte.

Espero, a pie parado,
el ser, cuando Dios quiera, despenado,
con la vida de miedo medio muerta.

Que en ese cuando, amigo,
alguien diga por mí lo que yo digo
por ti con voz serena que aparento:

San Pedro, ¡abre! la puerta:
abre los brazos, Dios, y ¡dale! asiento.

Poema de Rafael Alberti (por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías)


VERTE Y NO VERTE.

Por el mar Negro un barco
va a Rumanía,
Por caminos sin agua
va tu agonía.
Verte y no verte.
Yo, lejos navegando;
tú por la muerte.

Verónicas, faroles,,
velas y alas.
Yo en el mar, cuando el viento
los apagaba.
Yo, de viaje.
Tú, dándole a la muerte
tu último traje.

Mueve el aire en los barcos
que hay en Sevilla,
en lugar de banderas,
dos banderillas.
Llegando a Roma,
vi de banderillas
a las palomas.

Por pies con viento y alas,
por pies salía
de las tablas Ignacio
Sánchez Mejías,
¡Quién lo pensara
que por pies un torillo
lo entablara!
…………….
Una barca perdida
con un torero,
y un reloj que detiene
su minutero.
Vivas y mueras,
rotos bajo el estribo
de las barreras.

Verte y no verte,
Yo, lejos navegando
tú, por la muerte.

sábado, 23 de mayo de 2009

PRIMERA SCHUBERTIADA: Ignacio Sánchez Mejías


Estimado corral, ya está confirmado el tema que se abordará en la primera schubertiada, allá por mediados del próximo mes de julio (rogamos se pronuncien ustedes acerca de la fecha óptima). Hablaremos sobre la poliédrica figura de Ignacio Sánchez Mejías.
Desde aquí proponemos un libro y un documental como fuentes básicas de conocimiento del personaje. Éstos son: el documental dirigido por José Fco. Ortuño "Ignacio Sánchez Mejias. Más allá del toreo" (La Claqueta Metálica - Canal Sur TV) y la biografia escrita por Andrés Amorós "Ignacio Sánchez Mejías" (Alianza Editorial. Libro de bolsillo, Madrid, 1998).
También recomendamos otras lecturas que exaltan la magnitud del personaje, como el poema de Federico García Lorca "Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías", y por supuesto obras del mismo Sánchez Mejías, como "Sinrazón" (de corte psicoanalítico, que estrenó la compañía María Guerrero con gran éxito de crítica y se tradujo a varios idiomas), "Zaya" (taurina, metafísica y autobiográfica), "Ni más ni menos" (farsa poética muy al estilo del 27), crónicas y artículos periodísticos, etc.
Por último, reiterar que se agradecerán todas las sugerencias que deseen ustedes plantear.


viernes, 22 de mayo de 2009

Canción de Motivaciones

(léase con la música de "La flor del romero llora")

Aun creyendo en la pasiva dignidad de las élites ocultas, en la callada confianza de los mundos interiores, existen referentes históricos de una manifiesta inversión de perfiles que condujeron a la perfecta comunión de individuo y pueblo. Porque a veces sobran cuarentenas intelectuales y otras veces faltan amistades.
Existe la humana necesidad de expresarse, así como la inquietud humana por conocer.
Un grupo de personas con vocaciones, semejantes o no, que coinciden en un tiempo común y en un lugar fuera de lo común.
Ahora. Porque a veces sobran bares y personas y otras veces faltan.

Carta de Motivaciones


Nosotros, personas de diferentes vocaciones, que nos ha tocado vivir una época común, deseamos establecer un grupo de reunión en el que podamos desarrollar las siguientes intenciones:

· Aprender de las aportaciones de todos y cada uno de los miembros del grupo así como de los temas tratados y de sus protagonistas.
· Conocer a personajes, acontecimientos y obras destacados a lo largo de la Historia.
· Analizar el pasado y el presente a través de los temas que nos ocupen.
· Reflexionar sobre las generaciones anteriores, los hechos ocurridos así como sobre la época actual y la sociedad en la que nos movemos, nosotros y nuestros coetáneos y contemporáneos.
· Responder e intentar satisfacer el qué, el cuándo, el dónde y el por qué.
· Opinar y expresar nuestras ideas sobre las distintas cuestiones que se planteen en cada reunión.
· Indagar en nuestro mundo interno y así promover nuestro desarrollo personal.

Los instrumentos que utilizaremos para llevar a cabo los objetivos anteriormente citados serán las diferentes artes (lingüísticas, plásticas, sonoras y audiovisuales) a través de las cuales entrenaremos en la exposición, el debate y el diálogo con base en la libertad y el respeto a las ideas y a los individuos de la sociedad que aquí y ahora creamos.